18/10/09

Relato I-II

Así es, fue un estafa.
La policía investiga el caso, aún así, si no
encuentran a los estafadores el dinero no será devuelto.
Como soy el consejero del señor
Ramis, mi jefe, se supone que debería haberle advertido de lo que podría pasar, lo hice... pero el jefe siempre tiene la razón.
Un castigo para mi o, como dice el
Sr.Ramis, una ayuda para la empresa es restarme del sueldo mensual 2.000 euros, eso reduce mi sueldo a 2.500 euros, muy poco.
Con esta crisis y todo esto... ¡no podré vivir! Tal vez, para un soltero es una suma bastante alta, perro yo estoy felizmente casado. Bueno, no del todo feliz,
óptimamente tengo más menos que más con mi esposa. Y no todo acaba ahí: tengo dos hijas. Una de quince y otra de trece... a ambas las tengo muy mimadas, debo reconocerlo,y les compro todos sus caprichos, como a mi mujer. No es algo de lo que me sienta orgulloso, a veces me arrepiento... pero las quiero mucho, el amor es una perdición. Todos estos caprichos no suelen ser baratos, pero no les puedo decir que no. Además, mi mujer no trabaja. Todo el dinero lo traigo ya a casa, eso (teniendo en cuenta la situación) significa empeorar el nivel de vida. ¡Qué desastre!

Llego a casa, casi mecánicamente abro el buzón. No espero encontrarme nada interesante, solo facturas muy altas, que triste.
Pero entre ellas, destaca una, no es una factura, que extraño... Examino el sobre, es de un papel amarillento. Mi nombre, en el centro de la carta, esta escrito con una hermosa caligrafía, esta escrita a pluma. Conocía esa letra y no me hablaba con esa persona desde hacia
quince años.

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